[Continúa y finaliza el parlamento de Satyavan comenzado en 400b.]
Aunque del cielo tu belleza parece aliada,mucho más se regocijarían mis pensamientos sabiendoque una mortal dulzura sonríe entre tus párpadosy que tu corazón puede latir por unos humanos ojosy que tu áureo pecho se estremece con una miraday que su agitación responde a una voz nacida en la tierra.Si nuestros afectos afligidos por el tiempo puedes sentir,si las cosas normales y simples de la tierra te pueden satisfacer,si tu mirada puede dirigirse contenta hacia el suelo de la tierra,y esta celestial muestra de deleite,tu cuerpo dorado, confrontar la fatigaoprimiendo con su gracia nuestra tierra, al tiempo queel frágil dulce gusto pasajero de la comida terrestrete retiene y el saltarín vino de los torrentes,desciende. Detén tu jornada, quédate con nosotros.Cercano está el escarpado eremitorio de mi padretras esas altas hileras de silenciosos reyes,amenizado por las voces de coros de multicolor vestimentacuyos cantos repiten transcrita en musicales notasla apasionada inscripción colorida de las ramasy llenan las horas con su melodioso grito.Entre el zumbido de bienvenida de las numerosas abejasentra en nuestro melifluo reino de los bosques;deja que te conduzca allí a una opulenta vida.Austera, simple es la rústica vida eremítica;mas está vestida con las joyas de la tierra.Corren los vientos salvajes — visitantes entre medio de onduladas cimas,a través de los calmos días centinelas de paz del cieloque recostadas en una atmósfera vestida de púrpuracontemplan desde lo alto un rico sigilo y silencioen cuyo interior salmodian las aposentadas aguas nupciales.Enormes, susurrantes, multiformes alrededoraltos bosques en los que los dioses han tomado en sus brazosla hora del hombre, un huésped de sus seculares pompas.Ataviadas están las mañanas de verde y oro,sol y sombra tapizan los murospara hacer una cámara de reposo digna de ti."
Notas:
... de silenciosos reyes: las montañas
…centinelas de paz del cielo: las cimas