16 mayo, 2018

Libro V: El Libro del Amor. Canto III: Satyavan y Savitri, 409

Fascinada hasta las pestañas por sus apasionadas palabras*
su alma desde lo más profundo lo contemplaba a través de sus ojos;
luego desbordando sus labios en límpidos sonidos habló.

Sólo pronunció esta palabra expresiva de todo:
"Oh Satyavan, te he escuchado y ahora sé;
sé que tú y sólo tú eres él."

Bajó entonces de su elevada carreta esculpida
descendiendo con suave y titubeante presteza;
su multicolor vestido refulgente a la luz
planeó un instante sobre la hierba agitada por el viento,
mezclado con un destello del rayo de su cuerpo
cual hermoso plumaje de un ave que se posa.

Sus relucientes pies sobre el verde-dorado césped
esparcieron una memoria de rayos viajeros
y ligeramente oprimieron el inexpresado deseo de la tierra
acariciado en su demasiado breve paso por el suelo.

Luego revoloteando cual mariposas de pálido brillo sus manos*
tomaron de los soleados brazos* del linde de la selva
un manojo de los arracimados enjambres de sus enjoyadas caras,*
compañeras de la primavera y de la brisa.

Cándida guirnalda dispuesta de forma sencilla
sus ágiles dedos prepararon un florido canto,
el estrofado movimiento de un himno nupcial.

Notas:
… sus apasionadas palabras: de Satyavan.
… sus manos: de Savitri.
…brazos del linde de la selva: en alusión a las ramas.
… sus enjoyadas caras: en alusión a las hojas.

01 mayo, 2018

Relaciones de auténtica fraternidad

     Pues en ese sitio ideal, el dinero no sería ya el señor soberano. El valor individual tendría una importancia mayor que el debido a la riqueza material y a la posición social. El trabajo no sería allí el medio para ganarse la vida, sino el medio por el cual el individuo podría expresarse y desarrollar sus propias capacidades y posibilidades, prestando al mismo tiempo su servicio a la totalidad del grupo, que aseguraría por su parte la subsistencia y el ámbito laboral necesarios para cada uno.

     En pocas palabras, sería un lugar donde las relaciones entre los seres humanos, basadas por lo común casi exclusivamente en la competición y la lucha, serían reemplazadas por relaciones de emulación en la realización del bien, en la colaboración, relaciones de auténtica fraternidad.

—La Madre