02 agosto, 2017

Gozo perfecto

Apenas había descendido unos escalones cuando se detuvo. No quería seguir bajando aquellas escaleras. No sabía qué había ocurrido en la habitación de la Madre pero, fuese lo que fuese, parecía ser más maravilloso que cualquier otra cosa que nunca le hubiera ocurrido en toda su vida. Había tenido muchas aventuras, muchas experiencias interiores y externas, pero lo que había en aquella habitación era mejor que el champán, mejor que el sexo, mejor que cualquier cosa que ella hubiera experimentado. Estar en la habitación de la Madre era gozo perfecto, y no quería salir a la calle, quería regresar a la habitación de la Madre.


Mari descendió por la escalera tras ella. Parecía entender perfectamente por qué Roslyn se había detenido en los escalones. Miró a Roslyn con una maravilloso brillo en sus ojos y le aseguró: —No te preocupes; puedes volver el día del cumpleaños de Bliss.
Antítesis del Yoga de Jocelyn. Capítulo IV: El Mundo de la Madre.