21 julio, 2021

491 Libro VII: El Libro del Yoga. Canto III: La Entrada en los Espacios Interiores.

Tras forzar la entrada en el subconsciente, Savitri va a recorrer una serie de planos previos al encuentro con su alma. En las líneas siguientes, dejando atrás el ámbito del sentido, se adentra en los reinos inferiores de la vida, en donde toda posibilidad existe de forma caótica, anárquica, contradictoria y desordenada.

Por unos instantes se movió a través de una vacua tranquilidad
o desnuda Luz procedente de un invisible sol,
una vacuidad que era felicidad incorpórea,
maravilloso vacío de paz desconocida.

Pero ahora se aproximaba el frente de un peligro mayor:
la tutela de la mente corporal, el cobijo de lo Inconsciente
de pensamiento y voluntad sin propósito se había desprendido de ella.

En la cercanía asomó una gigantesca cabeza de Vida
no regida por la mente o por el alma, subconsciente, vasta.

Agitaba todo poder en un simple movimiento,
hacía de su poder la fuerza de peligrosos mares.

En la quietud de su silencioso yo [de Sav.],
en la blancura de su ensueño de Espacio [de su silenc. yo]
un aluvión, un torrente de premura de Vida
irrumpió cual desatada avalancha de olas azotada por el viento
precipitándose en un pálido suelo de arena de verano;
una montaña de encumbradas olas anegaba sus orillas.

Enorme era su vasta apasionada voz [de la gigantesca cabeza de Vida].

En su carrera [de la g. c. de Vida] gritaba a su expectante espíritu [de Sav.],
reclamando la sumisión de Dios a la desencadenada Fuerza.

Una fuerza sorda clamando a una muda situación,
un millar de voces en una silenciada Vastedad,
reclamaba [g. c. de Vida] el soporte del corazón para aferrarse a la alegría,
el consentimiento del Alma testigo para su necesidad de actuar,
el sello neutral de su ser [de Sav.] para su deseo de poder.

A la amplitud de su vigilante yo [de Sav.]
traía [g. c. de Vida] una portentosa ráfaga de Aliento de Vida;
acarreaba en su torrente las esperanzas y los miedos del mundo,
el insatisfecho ávido grito de toda la vida, de toda la Naturaleza,
y el anhelo que la eternidad toda no puede colmar.

Apelaba [g. c. de Vida] a la montaña de misterios del alma
y al milagro del fuego que nunca se extingue,
hablaba a un primer éxtasis inexpresable
escondido en el creativo latido de la Vida;
desde las ocultas profundidades interiores introducía
su seducción y su magia de desordenada gloria,
en la luz de la tierra derramaba su aturdimiento de confuso encanto
y el embriagador bebedizo de la primitiva alegría de la Naturaleza
y el fuego y el misterio del prohibido deleite
bebido del pozo sin fondo de la libido del mundo,
y el envenenado vino de dulce sabor a miel del deseo y de la muerte,
mas soñaba una vendimia de gloria de los dioses de la vida,
y percibía como celestial el dorado aguijón del rapto.

Los ciclos del infinito del deseo
y la mística que creó un mundo inacabado
más amplio que lo conocido y más cercano que lo desconocido
en el que por siempre acosan los sabuesos de mente y vida,
tentaron a un profundamente insatisfecho impulso interior
a anhelar por lo no cumplido y siempre lejano
y hacer de esta vida sobre una tierra limitante
un ascenso hacia cimas que se desvanecen en el vacío,
una búsqueda de la gloria de lo imposible.

Soñaba [g. c. de Vida] con lo que jamás ha sido conocido,
trataba de asir lo que nunca ha sido conseguido,
perseguía en una memoria Elísea*
los encantos que huyen del pronto perdido deleite de la tierra;
se atrevía a la fuerza que mata, a los gozos que lastiman,
a la imaginada forma de cosas inconclusas
y a la invocación de una Circéica* danza transmutadora
y a la tenencia de la pasión de los cortejos de amor
y al salvaje rampar y retozar de la Bestia con la Belleza y con la Vida.

Traía [la g. c. de Vida] su grito y su flujo de opuestos poderes,
sus momentos de roce de luminosos planos,
sus flamígeras ascensiones de llama y de vastos intentos apuntando al cielo,
sus atrevidas torres de sueños construidas sobre los vientos,
sus hundimientos hacia la oscuridad y el abismo,
la miel de su ternura, su áspero vino de odio,
sus alternancias de sol y de nubes, de risas y de lágrimas
sus peligrosos pozos sin fondo y sus engullentes abismos,
su miedo y alegría y éxtasis y desesperación,
sus ocultas hechicerías, sus escuetas líneas
y sus grandes comuniones e inspirados movimientos,
su fe en el cielo, su negocio con el infierno.

Esos poderes no estaban embotados con el peso muerto de la tierra,
transmitían el sabor de la ambrosía y el aguijón del veneno.

Había un entusiasmo en la mirada de la Vida
que veía azul de cielo en el aire gris de la Noche:
los impulsos hacia Dios ascendían en alas de pasión.

Pensamientos de ritmo rápido de la mente flotaban en sus altos cuellos*,
luciente esplendor cual irisada cabellera,
ornamento de pura luz de intuición;
su inflamado galope* podían imitar:
las voces de la mente parodiaban el acento de la inspiración,
la fuerza rítmica de su infalibilidad,
su premura y el relampagueante celestial descenso de los Dioses.

Incisiva cuchilla que seccionaba las redes de la duda,
su espada* de discernimiento parecía casi divina.

Mas todo este conocimiento era el de un sol prestado;
las formas que traía no eran nativas del cielo:
una voz interior podía pronunciar la Palabra de lo irreal;
su potencia peligrosa y absoluta
podía mezclar veneno con el vino de Dios.

Notas:
memoria Elísea: Los Campos Elíseos, a veces mencionados como las Llanuras Elíseas, eran el lugar sagrado donde, tras la muerte, las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Aquí se sugiere la idea de que todo el actuar de la Vida sea para colmar la memoria, el recuerdo perdido de la plenitud y dicha que fueron.
Circéica: De la naturaleza de Circe, figura mitológica con poderes mágicos, citada en la Odisea. Aquí sugiere un aspecto de poder mágico, transformador, hacedor de maravillas.
sus altos cuellos: de los impulsos [verso anterior].
su inflamado galope: de la intuición
su espada de discernimiento: de los pensamientos [inicio oración anterior].