15 abril, 2018

Libro V: El Libro del Amor. Canto III: Satyavan y Savitri, 408

Pues ahora otro reino
​*​
se aproxima contigo
y ahora voces más divinas colman mi oído,
un extraño mundo nuevo se desliza en mí desde tu mirada
aproximándose cual estrella desde desconocidos cielos;
un grito de las esferas llega contigo y un canto
de flamígeros dioses. Un aliento más saludable cobro
y en una más intensa marcha de momentos me muevo.

Mi mente se transfigura en rapturoso vidente.

Una cresta de espuma viajando a través de olas de felicidad
ha cambiado mi corazón y la tierra que me rodea:
todo se colma con tu llegada. Aire, tierra y las corrientes aguas
se ponen vestido nupcial para ser dignas de ti
y la luz del sol se convierte en sombra de tu aspecto
a causa de la transformación que tu mirada ha producido en mi interior.

Acércate a mí desde tu carro de luz
sobre este verde césped sin desdeñar nuestro suelo.

Pues aquí hay espacios secretos hechos para ti
cuyas cuevas de esmeralda anhelan albergar tu forma.

¿No habrás de hacer de este gozo mortal tu esfera?
Desciende, oh felicidad, con tus pies de dorada luna
enriquece los suelos de esta tierra en cuyo sueño yacemos.
Oh Savitri princesa mía de luminosa belleza,
llevada de mi deleite y de tu propia alegría
entra en mi vida, tu cámara y tu santuario.

En la inmensa quietud en donde los espíritus se encuentran,
guiada por mi silencioso deseo en el interior de los bosques
permite a los umbríos arcos susurrantes inclinarse sobre ti;
una con el aliento de las cosas eternas vive,
los latidos de tu corazón cercanos al mío, hasta que de ellos surja
al embrujo de la fragancia de las flores
un momento que todos los murmullos recordarán
y que todos los pájaros reproducirán en su grito."

Notas:
Continúa y finaliza el parlamento de Satyavan comenzado en 406.
Pues ahora otro reino…: el de la trascendencia.
 

01 abril, 2018

​Dios y Naturaleza

Conocer, poseer y ser el divino ser en una consciencia animal y egoísta,
convertir nuestra crepuscular u oscura mentalidad física en la plenaria iluminación supramental,
instaurar paz y gozo autoexistente donde únicamente hay un énfasis en las satisfacciones transitorias acosadas por el dolor físico y el sufrimiento emocional,
establecer una infinita libertad en un mundo que se presenta a sí mismo como un conjunto de necesidades mecánicas,
descubrir y realizar la vida inmortal en un cuerpo sujeto a la muerte y a la mutación constante,
– esto es lo que se nos ofrece como la manifestación de Dios en la Materia y la meta de la Naturaleza en la evolución terrestre.

Sri Aurobindo. La Vida Divina. Capítulo I: La Aspiración Humana.