01 mayo, 2018

Relaciones de auténtica fraternidad

     Pues en ese sitio ideal, el dinero no sería ya el señor soberano. El valor individual tendría una importancia mayor que el debido a la riqueza material y a la posición social. El trabajo no sería allí el medio para ganarse la vida, sino el medio por el cual el individuo podría expresarse y desarrollar sus propias capacidades y posibilidades, prestando al mismo tiempo su servicio a la totalidad del grupo, que aseguraría por su parte la subsistencia y el ámbito laboral necesarios para cada uno.

     En pocas palabras, sería un lugar donde las relaciones entre los seres humanos, basadas por lo común casi exclusivamente en la competición y la lucha, serían reemplazadas por relaciones de emulación en la realización del bien, en la colaboración, relaciones de auténtica fraternidad.

—La Madre