Así atrapada en el cepo de los destinos de la tierra,
permanecía esperando la hora de su ordalía,
desterrada de su innata felicidad,
aceptando el oscuro traje terrenal de la vida,
ocultándose incluso de aquellos a quien amaba,
la divinidad engrandecida por un destino humano.Sri Aurobindo, Savitri,
Libro I, Canto I: La Aurora Símbolo, pág. 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Formula un comentario