La otra parte de la disciplina atañe a las actividades de la naturaleza, de la mente, del ser-de-vida o vital, del ser psíquico. A este respecto el principio es hacer concordar la naturaleza con la realización interior de manera que uno no quede dividido en dos partes discordantes. Para ello existen diversas disciplinas o procesos posibles. Uno es ofrecer todas las actividades al Divino e invocar la guía interior y la asunción de la propia naturaleza por un Poder más Alto. Si se produce la apertura interior del alma, si el ser psíquico se sitúa al frente, entonces no hay gran dificultad –pues con ella llega una discriminación psíquica, una constante indicación y finalmente una guía que deja al descubierto y, de forma calma y paciente, remueve todas las imperfecciones, aporta los correctos movimientos mentales y vitales y también da una nueva forma a la consciencia física. Otro método es mantenerse distanciando, desapegado de los movimientos de la mente, de la vida, del ser físico, contemplar sus actividades tan sólo como una formación inveterada de la Naturaleza general en el individuo que nos ha sido impuesta por funcionamientos anteriores, no como una parte de nuestro ser real; en la medida en que uno tiene éxito en ello, se vuelve desapegado, ya no ve la mente y sus actividades como suya propia, la vida y sus actividades como suya propia, el cuerpo y sus actividades como suyo propio, uno se vuelve consciente de un Ser íntimo en su interior – mentar interior, vital interior, físico interior –silencioso, calmo, sin ataduras, libre, reflejo del verdadero Ser que permanece encima y del cual puede ser su representante directo; de este silente ser Interior proviene un rechazo hacia todo aquello que debe ser rechazado, una aceptación tan solo de aquello que debe ser conservado y transformado, una Voluntad interior hacia la perfección o una invocación al Poder Divino para hacer en cada momento lo necesario para el cambio de la Naturaleza. Puede también abrir la mente, la vida y el cuerpo a la todavía más íntima entidad psíquica y a su influencia que guía o a su guía directa. En la mayor parte de los casos ambos métodos emergen y trabajan juntos hasta que finalmente se funden en uno solo. Pero uno puede empezar por cualquiera de ellos, aquel que uno sienta más fácil y más natural de seguir.Por último, en todas las dificultades en donde el esfuerzo personal resulta obstaculizado, puede intervenir la ayuda del Maestro y provocar lo que sea conveniente para la realización o para dar el siguiente paso necesario.
Sri Aurobindo. Cartas sobre el yoga.
En este enlace puede descagarse de forma completa la carta "Encontrar al Divino".