15 febrero, 2020

Libro VII: El Libro del Yoga. Canto II: La Parábola de la Búsqueda del Alma.


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Mas refrenando su turbado rebelde corazón,
abrupto, erguido y fuerte, calmo como una montaña,
remontando los mares de la mortal ignorancia,
su ápice inmutable por encima del aire de la mente,
un Poder dentro de ella respondió a la silenciada Voz:
“Soy tu porción* aquí encargada de tu trabajo,
como tú eres mi propio yo situado por siempre en lo alto,
habla a mis profundidades, oh gran e inmortal Voz,
ordena, puesto que estoy aquí para hacer tu voluntad.”

La Voz replicó: “Recuerda para qué viniste:*
encuentra tu alma, recobra tu oculto yo,
en silencio busca el propósito de Dios en tus profundidades,
entonces la naturaleza mortal transmuta en divina.

Abre la puerta de Dios, penetra en su trance.

Arroja de ti el Pensamiento, este ágil imitador de la Luz:
aquietando tu cerebro en su* tremendo silencio
su* vasta Verdad despierta en el interior y conoce y ve.
Arroja de ti el sentido que vela la visión de tu espíritu:
en la enorme vacuidad de tu mente
verás el cuerpo del Eterno en el mundo,
lo reconocerás en cada voz que tu alma escuche,
en los contactos del mundo percibirás su solo toque;
todas las cosas te envolverán en su* abrazo.

Conquista los latidos del corazón, deja que tu corazón palpite en Dios:
tu naturaleza será el instrumento de sus trabajos,
tu voz albergará la grandeza de su Palabra:
entonces acogerás mi fuerza y conquistarás la Muerte.”
  
Notas:
Soy tu porción aquí encargada de tu trabajo: se trata del ser psíquico, que junto al espíritu  (“su ápice inmutable por encima del aire de la mente”) constituyen el Ser interior de Savitri, delegación del alma eterna en su manifestación terrenal. Véase el articulo “Para leer Savitri. El Libro del Yoga”.
Recuerda para qué viniste: En las tres líneas siguientes Sri Aurobindo define de una forma sintética y clara el propósito del Yoga Integral.
su tremendo silencio: de Dios.
su vasta Verdad: de Dios.
en su abrazo: del Eterno.